1. Oportunidad económica: Occidente ofrecía abundantes tierras y recursos, lo que atraía a personas que buscaban mejorar sus perspectivas económicas. La Ley de Homestead de 1862, que concedía 160 acres de tierras públicas a los colonos que aceptaban vivir en ellas y mejorarlas durante cinco años, fue un importante incentivo para la migración hacia el oeste.
2. Libertad religiosa: Mucha gente del sur y de Nueva Inglaterra buscaba la libertad religiosa. Occidente era visto como un lugar donde la gente podía practicar su religión sin temor a persecución.
3. Libertad política: Occidente también era visto como un lugar donde la gente podía escapar de la opresión política que experimentaban en Oriente. Occidente era conocido por su fuerte tradición de individualismo y autosuficiencia, lo que atraía a muchas personas que se sentían asfixiadas por las estructuras sociales más rígidas de Oriente.
4. Aventura: Occidente era un lugar de aventuras y emociones. Era un lugar donde la gente podía explorar nuevas tierras, conocer gente nueva y experimentar cosas nuevas. El Salvaje Oeste era un destino popular para aquellos que buscaban un cambio de escenario y la oportunidad de comenzar una nueva vida.
5. Clima: El clima de Occidente también fue un factor de atractivo para los colonos. El clima templado del Oeste lo convirtió en un lugar deseable para vivir para aquellos que estaban cansados de los duros inviernos del Norte o los veranos calurosos y húmedos del Sur.
Estas son sólo algunas de las razones por las que la gente del sur y de Nueva Inglaterra se mudó al oeste en el siglo XIX. Occidente era visto como un lugar de oportunidades, libertad, aventuras y un clima mejor. Era un lugar donde la gente podía empezar una nueva vida y construir un futuro mejor para ellos y sus familias.