1. Superioridad militar: Los conquistadores tenían una importante ventaja militar sobre los pueblos indígenas de América Latina. Poseían armas avanzadas, como pistolas, cañones y armaduras de acero, así como estrategias y tácticas militares perfeccionadas a lo largo de siglos de guerra en Europa.
2. Desunión política: Las civilizaciones indígenas de América Latina a menudo estaban divididas y desunidas, lo que facilitó a los conquistadores conquistarlas y controlarlas. Los españoles pudieron explotar las rivalidades y alianzas existentes entre diferentes grupos indígenas en su beneficio.
3. Enfermedad: La llegada de enfermedades europeas, como la viruela y el sarampión, diezmaron a las poblaciones indígenas, debilitando su resistencia y haciéndolas más vulnerables a la conquista.
4. Ventaja Tecnológica: Los españoles tenían tecnologías superiores en diversas áreas, como la construcción naval, la navegación y la metalurgia. Estas ventajas les permitieron viajar largas distancias a través de los océanos, explorar y cartografiar los territorios y establecer asentamientos.
5. Comunicación y Transporte: Los españoles habían desarrollado sistemas eficientes de comunicación y transporte, incluido el uso de caballos, lo que les dio una ventaja significativa sobre los pueblos indígenas que dependían principalmente de los viajes a pie y en canoas.
6. Aliados nativos: Algunos grupos indígenas se aliaron con los españoles para ganar poder o protección contra tribus rivales. Estas alianzas brindaron un valioso apoyo a los conquistadores en sus campañas.
Es importante señalar que la conquista de América Latina no fue del todo unilateral. Los pueblos indígenas también demostraron resiliencia y resistencia notables, y muchos lucharon valientemente contra los invasores. Sin embargo, la combinación de factores mencionados anteriormente finalmente permitió a los conquistadores españoles establecer su dominio y control sobre gran parte de América Latina.