Las calles de la antigua Roma estaban muy concurridas y el tráfico era a menudo lento. Esto se debía a las calles estrechas, la gran cantidad de peatones y la falta de normas de tráfico. Para aliviar la congestión del tráfico, el gobierno romano construyó varias carreteras y puentes. También establecieron un sistema de normas de tráfico, que incluía規定禁止在白天使用某些街道, y dando prioridad a los peatones.
A pesar de estas medidas, la congestión del tráfico siguió siendo un problema en la antigua Roma. Sin embargo, el sistema de tráfico de la ciudad era relativamente avanzado para su época y ayudó a que la ciudad funcionara sin problemas.