Los orígenes de Bretaña se remontan a la antigüedad, cuando la región estaba habitada por tribus celtas conocidas como los Armoricanos. Después de la caída del Imperio Romano Occidental, los armóricos se volvieron cada vez más independientes y establecieron su propio reino. En el siglo VI, Bretaña fue conquistada por los francos, pero la región conservó su identidad y cultura distintivas.
Durante la Edad Media, Bretaña era un ducado poderoso e influyente, y sus gobernantes desempeñaron un papel importante en la política francesa. En el siglo XVI, Bretaña fue incorporada al Reino de Francia, pero conservó un grado considerable de autonomía.
Hoy en día, Bretaña sigue siendo una región cultural distinta, con su propio idioma, música y tradiciones. La región es conocida por sus hermosos paisajes, incluida su costa escarpada, playas de arena y paisajes ondulados. Bretaña también es un destino turístico popular y alberga muchos sitios históricos, incluidos castillos, iglesias y abadías.