Cuerpos de agua:Muchos anfibios, como las ranas y las salamandras, pasan una parte importante de su vida en el agua. Pueden habitar estanques, lagos, arroyos o marismas. Estos cuerpos de agua proporcionan refugio, humedad y fuente de alimento para los anfibios.
Troncos y rocas:los anfibios terrestres, como ciertas salamandras y sapos, a menudo buscan refugio debajo de troncos, rocas y otros objetos que les brinden cobertura y protección contra los elementos y los depredadores.
Madrigueras:algunos anfibios, como ciertas especies de ranas, cavan madrigueras en el suelo para refugiarse y escapar de temperaturas extremas y depredadores.
Agujeros de árboles y bromelias:los anfibios que habitan en los árboles, como algunas ranas, se pueden encontrar en los agujeros de los árboles, donde encuentran humedad y protección. Algunos anfibios tropicales, como ciertas ranas, también utilizan bromelias, plantas tropicales con hojas que retienen agua, como refugio.
Hojarasca y vegetación:los anfibios también pueden encontrar refugio bajo la hojarasca, las hojas caídas y la vegetación densa. Estas áreas ofrecen protección contra los depredadores, la humedad y las temperaturas extremas.
Retiros subterráneos:ciertas especies de anfibios, como algunas ranas excavadoras, crean extensas madrigueras subterráneas para refugiarse y protegerse.
Algunos anfibios, como los sapos, también pueden utilizar estructuras artificiales como sótanos, sótanos o cobertizos como refugio.
No importa el tipo de refugio que ocupen, los anfibios generalmente buscan ambientes que proporcionen humedad para apoyar su piel sensible y sus sistemas respiratorios. La elección del refugio también varía según la etapa de vida de la especie, y se utilizan diferentes refugios durante las diferentes fases de su ciclo de vida.