A medida que la búsqueda del tesoro ganó popularidad, comenzó a utilizarse también con fines educativos. A principios del siglo XX, los educadores comenzaron a incorporar la búsqueda del tesoro en sus métodos de enseñanza para hacer que el aprendizaje fuera más interactivo y atractivo. Las búsquedas del tesoro fueron particularmente efectivas en la enseñanza de materias como historia, geografía y ciencias, ya que permitieron a los estudiantes explorar su entorno y participar activamente en el proceso de aprendizaje.
Con el tiempo, las búsquedas del tesoro se hicieron cada vez más populares y comenzaron a organizarse con una amplia variedad de propósitos, incluyendo formación de equipos, eventos corporativos, fiestas de cumpleaños e incluso recaudación de fondos. Las búsquedas del tesoro pueden adaptarse a cualquier grupo de edad o nivel de interés, lo que las convierte en una actividad versátil y divertida para personas de todas las edades y orígenes.
Hoy en día, la búsqueda del tesoro sigue siendo una forma popular de entretenimiento y educación. A menudo los organizan empresas, escuelas, organizaciones comunitarias e individuos para diversos eventos y ocasiones. Con la llegada de la tecnología, las búsquedas del tesoro también han adoptado un formato digital, donde los participantes utilizan teléfonos inteligentes u otros dispositivos para completar tareas y localizar pistas.
Las búsquedas del tesoro siguen siendo una forma eficaz de promover el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la creatividad, al tiempo que brindan una experiencia divertida e interactiva para los participantes. Han resistido la prueba del tiempo como una actividad querida que une a las personas y las anima a explorar y aprender de una manera única y atractiva.