Diagnóstico erróneo de muerte :En el pasado, los conocimientos médicos y las herramientas de diagnóstico eran limitados, lo que provocaba casos de diagnósticos erróneos de muerte. Factores como comas, catalepsia u otras condiciones que se asemejan a la muerte podrían provocar que las personas sean declaradas fallecidas prematuramente.
Falta de métodos confiables de determinación de la muerte :Hasta el desarrollo de la tecnología médica moderna, determinar la muerte con precisión era un desafío. Los métodos tradicionales, como comprobar la respiración, los latidos del corazón o el calor corporal, no siempre fueron definitivos, especialmente en los casos límite.
Supersticiones y creencias culturales :En determinadas culturas y sociedades, existían creencias que requerían entierros rápidos o rituales que contribuían al riesgo de enterrar a alguien vivo. Por ejemplo, el miedo a los vampiros u otras entidades sobrenaturales llevó a entierros apresurados en algunas regiones.
Prácticas de entierro accidental :En tiempos de epidemias, desastres naturales o guerras, es posible que se hayan producido entierros masivos en circunstancias caóticas, lo que aumenta la probabilidad de que alguien sea enterrado vivo debido a las prisas y la falta de una verificación adecuada de la muerte.
Ataúd prematuramente sellado :En algunos casos, los ataúdes o tumbas fueron sellados prematuramente debido a malentendidos o prisas por completar los arreglos del entierro, lo que llevó al desafortunado confinamiento de un individuo vivo.
Intentos de reanimación y robo de tumbas :En ocasiones, los ladrones de tumbas resucitaban involuntariamente a personas que habían sido enterradas prematuramente, lo que en algunos casos les permitía sobrevivir.
Bulos y fraudes :Casos raros involucraron entierros vivos intencionales como parte de actividades fraudulentas o espectáculos escenificados, principalmente en el ámbito médico o de entretenimiento.
Malinterpretación de las experiencias cercanas a la muerte :Algunas personas podrían haber tenido experiencias cercanas a la muerte o recuperaciones milagrosas después de haber sido enterradas por error, lo que contribuyó a las leyendas de personas enterradas vivas.
Con el tiempo se han implementado esfuerzos para prevenir los entierros prematuros, incluidos avances médicos, períodos de espera antes de los entierros y el uso de precauciones de seguridad durante los arreglos funerarios para minimizar el riesgo de enterrar inadvertidamente a alguien que todavía está vivo.