En Braunschweig hay una Spohrplatz, una sala Louis Spohr en el Teatro Estatal de Braunschweig y la ciudad concede el Premio de Música Louis Spohr cada tres años. Pero ¿quién fue el hombre que dio nombre a todo esto?
Louis Spohr fue un violinista, director y compositor muy famoso. El músico nació en Braunschweig el 5 de abril de 1784 y murió en Kassel el 22 de octubre de 1859.
Hoy conocido principalmente entre los músicos
Si se pregunta a los habitantes de Braunschweig sobre el nombre de Louis Spohr, a la mayoría no se les ocurre gran cosa:"¿Será un político?". "¿Louis Spohr? ¿Tiene algo que ver con Braunschweig?" "No puedo decir nada, nunca he oído hablar de eso. ¿Es una gran brecha de conocimiento?" Sí y no. Hoy en día, el nombre de Louis Spohr es conocido casi exclusivamente por los conocedores de la música.
Concurso de Mozart y Beethoven
Era muy diferente cuando estaba vivo. Louis Spohr fue uno de los músicos más famosos del lugar. Gozó de fama como Mozart, Beethoven o el violinista del diablo Paganini y fue extremadamente versátil como compositor, virtuoso del violín y director.
Después de completar su formación en Braunschweig, Spohr comenzó a los 15 años sus giras de conciertos, que luego lo llevaron por media Europa. En sus actuaciones musicales en la corte, insistía en que el público no debía distraerse de la música jugando a las cartas o cenando. Especialmente en Inglaterra, Spohr causó sensación. Allí estuvieron a punto de derrocar a Mozart y Beethoven y dejar que Spohr gobernara en su lugar, según informa el periódico "Musical World", que se publicaba entonces en Londres en 1854. Por lo tanto, ya ningún compositor era idolatrado ni emulado.
Inventor del bastón
Por cierto, Louis Spohr alcanzó fama duradera con un invento que ahora está en manos de todos los directores:su batuta. Al principio le gustaba dirigir orquestas con una carpeta de partituras enrollada. En un memorable concierto celebrado en Londres en 1820, Spohr fue uno de los primeros directores en utilizar una batuta de madera. Por cierto, al principio disgustó a los músicos, que según la tradición se sentían más "doblados" que dirigidos. Tanto los músicos como el público se convencieron rápidamente del uso de la batuta de madera. La batuta, uno de cuyos originales de Spohr se conserva, entre otros, en el Museo Estatal de Braunschweig, se ha vuelto indispensable en la práctica conjunta moderna.