María Antonieta de Austria es Archiduquesa de Austria, Princesa Imperial, Princesa Real de Hungría y Bohemia, Delfina de Francia, Reina de Francia y Navarra. Murió guillotinada en 1793, fue muy mal percibida durante su vida y sigue siendo una personalidad controvertida.
Novia por poder
María Antonieta, nacida el 2 de noviembre de 1755, era hija del emperador alemán Francisco I. de Lorena y la Archiduquesa de Austria, Reina de Hungría y Bohemia María Teresa conocida como "la Grande .
Recibe una educación típicamente femenina, aprendiendo danza, posturas, música, ninguna instrucción política.
El 19 de abril de 1770, a la edad de 14 años, María Antonieta se casó por poder con el Delfín de Francia, el futuro Luis XVI. Dos días después, abandonó Viena para no volver jamás, y esta partida fue dolorosa. El 16 de mayo de 1770 se casó oficialmente con el delfín en Versalles. Ese día, parte de la nobleza ya empezó a llamarla "la austriaca" y a reprocharle el cambio de alianza del rey Luis XV concretado por este matrimonio. María Antonieta encuentra difícil soportar su nueva vida, llena de intrigas cortesanas, ceremonias y falta de intimidad.
“El austriaco”
El 10 de mayo de 1774 muere Luis XV y María Antonieta se convierte en reina de Francia a los 18 años. No tiene heredero (el matrimonio tardará 7 años en consumarse) y, considerada extranjera, se convierte en blanco de hostilidades. :canciones, panfletos, textos pornográficos... Se la acusa de ser infiel y ninfómana, de despilfarrar dinero público o de favorecer los intereses de Austria.
María Antonieta tiene sólo un papel político limitado y su influencia es más bien cultural. Organiza fiestas y recepciones que contribuyen a la influencia de la moda y el comercio franceses; concedió su protección a los músicos y despertó la vida musical en Versalles.
La Revolución Francesa
María Antonieta tiene cuatro hijos, de los cuales sólo uno llega a la edad adulta. Le entristeció especialmente la pérdida de su hija Sophie-Béatrice, que murió en 1787 a la edad de 11 meses.
En 1789, cuando se abrieron los Estados Generales, cuando el odio del pueblo hacia la reina en particular estaba en su apogeo, María Antonieta intentó convencer a su marido de que abandonara Versalles. La famosa frase que se le atribuye sobre el brioche parece más un mito que una realidad. El 20 de junio de 1791, el rey y la reina intentaron escapar pero fueron arrestados a la mañana siguiente en Varennes.
En diciembre de 1792 comenzó el juicio contra el rey. La muerte se votó el 26 de diciembre y Luis XVI fue ejecutado en enero de 1793. En octubre de 1793, María Antonieta compareció ante el tribunal revolucionario. Se le acusa, entre otras cosas, de connivencia con países extranjeros, incesto y alta traición. Si el expediente contra ella no contiene ninguna prueba, en ese momento mantuvo correspondencia con el conde Hans Axel de Fersen sobre una guerra preparada por Austria y las monarquías de Europa contra Francia.
La sentencia de muerte por alta traición fue pronunciada el 16 de octubre de 1793. Se ejecutó el mismo día y demostró, según testigos, valentía y dignidad. Sus últimas palabras habrían sido pedir disculpas a su verdugo.