Jules Mazarin, que creció en Roma, mostró muy pronto talento diplomático. Tras una estancia en España, se convirtió en nuncio apostólico (agente diplomático, embajador de la Santa Sede en los Estados) en Milán, adscrito a la Santa Sede. El levantamiento del asedio de Casale en 1630 (conflicto que forma parte de la Guerra de los Treinta Años), el Tratado de Cherasco en 1631 (tratado que puso fin a la guerra de sucesión de Mantua), la alianza con los príncipes de Saboya para la En 1640, Francia se ganó el respeto de Richelieu y Luis XIII, y se convirtió en cardenal en 1642. Mazarino se aseguró los favores de Ana de Austria, que se había convertido en regente. Lo nombró Primer Ministro y luego Superintendente (1643-1646). Puso fin a la guerra en España imponiendo el Tratado de Westfalia en 1648. Pero se enfrentó a la Fronda de los nobles contra el poder real y el ascenso de la monarquía y tuvo que exiliarse. Luis XIV lo llama y lo nombra ministro. Mazarino amplía y pacifica el reino, convence al rey de casarse con la infanta de España para poner fin a la guerra (Tratado de los Pirineos). Gracias a una fortuna colosal, acumuló una colección de obras maestras, fundó la primera biblioteca y la Real Academia de Pintura y Escultura (con el pintor Le Brun). A su muerte, Luis XIV puede reinar solo porque ha reforzado el absolutismo.
14 de julio de 1602 - 9 de marzo de 1661

Estado
Cardenal
Primer Ministro