Durante la Revolución, las operaciones militares de Napoleón Bonaparte, general de origen corso, le aseguraron un prestigio innegable. Su deslumbrante victoria en Italia contra Austria y el éxito de la expedición a Egipto contribuyen a este reconocimiento.
A su regreso, tomó el poder mediante el golpe de Estado del 18 y 19 de Brumario (9 y 10 de noviembre de 1799) y se convirtió en Primer Cónsul. Coronado emperador en 1804 con el nombre de Napoleón I i , reformó el país en todos los niveles:administrativo, educativo, económico, religioso, financiero y judicial (creación de la Banque de France, Código Civil).
Sus ejércitos recorren Europa, no sólo para extender la dominación francesa, sino sobre todo para desmantelar las coaliciones que le son hostiles. El 2 de diciembre de 1805, su brillante victoria en Austerlitz fue decisiva en esta empresa. Sin embargo, el fracaso de las campañas española y rusa provocó la debacle francesa. Francia es invadida, lo que obliga a la abdicación del emperador que se exilia en la isla de Elba. La reconquista del poder quedó definitivamente abortada con la derrota de Waterloo. Muere en la isla de Santa Elena.
1769 - 1821
Estado
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