Pachacútec fue el noveno Inca , aunque con justicia podríamos decir que fue el primer emperador de los incas, pues hasta antes de él sólo existían señores con relativo poder. Sus padres fueron el Inca Huiracocha y Mamá Runto, hija del Señor de Anta . Desde temprana edad dio muestras de una personalidad extraordinaria y fue instruido por Micuymana, quien le enseñó a leer los quipus y lo familiarizó con los hechos históricos. Destacó en el arte de la guerra, participando desde muy joven en las campañas dirigidas por los generales Vicaquirao y Apo Maita.
Cuando los Chancas invadieron el reino del Cuzco, el Inca Huiracocha huyó con su hijo, su cogobernante Inca Urco, y el desánimo cundió en la ciudad. En medio de este desorden surgió la figura del Príncipe Cusi Yupanqui (nombre original de Pachacutec), quien invocaba inútilmente el regreso de su padre y su hermano. Organizó entonces la defensa, para lo que contó con la ayuda del vecino señorío de las Canas. Llevando las momias de sus reyes pasados, los Chancas avanzaron como un rodillo hasta las puertas del Cuzco y enviaron a Huamán Huaraca como embajador a Huiracocha. Estuvo escondido en la zona de Chita y accedió al sometimiento y entrega del Cuzco, lo cual no fue aceptado por Cusi Yupanqui. El ejército chanca, comandado por Asto Huaraca y Tomay Huaraca, tomó por asalto la capital imperial, pero encontró una fuerte resistencia por parte de los incas, quienes finalmente ganaron. Los invasores se retiraron a Ichubamba y prepararon un nuevo ataque. En feroz batalla Cusi Yupanqui le cortó la cabeza a Asto Huaraca y capturó al ídolo chanca de Uscovilca , acto que según las costumbres de aquella época selló la victoria. Los hechos fueron mitificados por la historia oficial de los incas difundiendo la ficción de que las piedras de Ichubamba habían sido transformadas en guerreras por voluntad de los dioses, para favorecer al pueblo del Cuzco. En recuerdo de tanta sangre derramada en la batalla, el lugar cambió su nombre a Yahuarpampa (llanura de sangre). Pero la guerra no terminó. Cusi Yupanqui sabía que si no desestabilizaba el poder de los Chancas, éstos invadirían nuevamente el Cuzco. Decidió entonces seguir adelante y no se detuvo hasta llegar a Andahuaylas, centro del reino Chanca, procediendo a una terrible represión. Se apoderó de un inmenso botín:ídolos, armas, vestidos, provisiones, rebaños de ganado, vajillas, joyas y prisioneros, muchos de los cuales fueron asesinados en las alturas de Carmenca. Los sobrevivientes fueron reunidos en Yahuarpampa y luego llevados al Cuzco para celebrar la victoria pisando sus cuerpos. Cusi Yupanqui pidió a su padre solemnizar las festividades, pero él se negó, argumentando que correspondía a su hijo Urco. Desconfiados del prestigio de Cusi Yupanqui, su padre y su hermano idearon un plan para liquidarlo. Sin embargo, el plan fracasó:Urco fue capturado y sus restos arrojados al río Tambo; el viejo Huiracocha se retiró a Calca.
Pachacútec se llama Inca
La noticia fue recibida con alegría por el pueblo cusqueño y se entronizó a Cusi Yupanqui, quien tomó el nombre de Pachacutec (el que cambia el mundo) y se casó con Mamá Anahuarque, hija del Señor del Chocó. Uno de sus primeros actos fue suprimir a Inca Urco de la historia oficial.
Las conquistas de Pachacutec
Al poco tiempo emprendió nuevas expediciones de conquista derrotando sucesivamente a los ayarmacas y a los suyos, cuyas haciendas lecheras sometió con la ayuda de su hermano Inca Roca. Posteriormente anexó Amaybamba, Vitcos y Vilcabamba, incluido Piccho; así como los curacazgos de la cuenca pampeana (actual departamento de Ayacucho). También hubo etnias que se sometieron pacíficamente, como las de Cotapampa, Cotanera, Omasayo y Aimarae (Apurímac). Uno de sus tres ejércitos conquistó Huamanga y el segundo se dispuso a sojuzgar a Chincha; el tercero bajo su mando debía apoyar a los dos anteriores. Sometidos estos territorios, fundó Hacías (centros provinciales):en Huamanga fundó Vilcashuamán y en la costa, después de haber derrotado a los señoríos de Chincha, Huarco y Lunahuaná, fundó Incahuasi.
Luego avanzó por la costa hasta llegar a Ishmay, donde había un prestigioso centro de culto, el cual no destruyó estratégicamente, sino que construyó junto a él un grupo de templos a los que llamó Pachacamac. Según los cronistas, esta primera campaña duró cuatro años, período en el que murió el viejo Huiracocha. Posteriormente inició la conquista de los reinos del Altiplano Colla y Lupaca, y sometió a los Pacajes. Tuvo que enfrentarse a las rebeliones de Cuyos, Cahuiñas y Pocras, a quienes derrotó sucesivamente, arrasando sus pueblos y deportando a parte de su población como Mitmas.
Inició otra campaña hacia la sierra norte, contando esta vez con la colaboración de los feroces guerreros Chanca. Abrumó el reino de los Huancas y avanzó victorioso hasta el Callejón de Huaylas, llegando hasta Cajamarca. Al este, su hijo Amaro Yupanqui conquistó Marcapata (Carabaya) y sometió a los collas, que se habían rebelado, en la batalla de Lampa. Posteriormente se hizo una segunda campaña al Collasuyo en la que participaron Amaro Topac y Paucar Ushno, hijos de Pachacutec, incorporando al imperio Quillaca-Asanaque, Charcas, Paria, Pocona y Chicha (Tarija). Después de casi treinta años de gobierno, Pachacutec comenzó a co-gobernar con su hijo Tupac Yupanqui, un muchacho de apenas dieciséis años. Junto a él sometió el reino de Chimor y los Chachapoyas.
Grande fue la reorganización administrativa que llevó a cabo este soberano:ordenó derribar el antiguo Cuzco y construyó una nueva gran ciudad entre cuyas estructuras destacó por la majestuosidad con que estaba decorado el flamante templo solar del Coricancha (cerco de oro); para ello trajo orfebres de la provincia de Chimor. También construyó el templo Quishuarcancha dedicado a Ticci Viracocha Pachayachachic. Mandó construir coicas (embalses), diseccionó los pantanos que rodeaban la ciudad e intensificó la construcción de andenes. La plaza del Cuzco se llenó de arena traída desde Chincha. En Saño construyó unas aterradoras cárceles que llenó de alimañas para castigar a los delincuentes. Otro de sus grandes logros fue la planificación del trabajo al servicio del Estado (mita), a la que estaban obligados todos los habitantes del imperio.
Muerte de Pachacútec
Probablemente murió en 1471 y su momia fue depositada en Tococache (San Blas); Junto a él colocaron el ídolo principal de los Chancas de acuerdo con la costumbre de guardar a los dioses de los pueblos conquistados como trofeos del Inca. María Rostworowski ha dedicado una memorable biografía a Pachacutec Inca Yupanqui (1953).