Los Comités de Correspondencia se establecieron en las colonias americanas en las décadas de 1760 y 1770 para facilitar la comunicación y la coordinación entre las colonias en respuesta a las políticas del gobierno británico. Estos comités desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de la Revolución Americana al difundir información, compartir ideas y organizar la resistencia a la autoridad británica.
Una de las funciones principales de los Comités de Correspondencia era mantener correspondencia con otras colonias. Intercambiaron cartas, resoluciones y otros documentos para discutir y debatir diversos temas que afectan a las colonias, como los impuestos, las regulaciones comerciales y la infracción de los derechos coloniales. A través de esta correspondencia, los comités pudieron construir una red de comunicación y cooperación entre las colonias, fomentando un sentido de unidad y propósito común.
Los Comités de Correspondencia también sirvieron como medio para movilizar la opinión pública y organizar la acción colectiva. Difundieron información sobre las políticas y acciones británicas a los colonos, animándolos a participar en protestas, peticiones y otras formas de resistencia. Al coordinar sus esfuerzos, los comités ayudaron a galvanizar la oposición colonial al dominio británico y sentar las bases para la eventual declaración de independencia.
En general, los Comités de Correspondencia desempeñaron un papel vital para facilitar la comunicación y la coordinación entre las colonias americanas, tanto dentro de las colonias individuales como a través de la red más amplia de colonias. Su correspondencia y cooperación fueron esenciales para moldear la opinión pública, organizar la resistencia y, en última instancia, contribuir al éxito de la Revolución Americana.