Las leyes y protocolos de sucesión determinan el heredero o sucesor legítimo al trono o a la posición de poder, lo que garantiza una transición fluida de la autoridad y al mismo tiempo mantiene la estabilidad política y la continuidad dentro de un país o de un órgano de gobierno. Estas leyes varían según el tipo de gobierno, cultura y tradiciones históricas y desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la estabilidad política y el orden en la transferencia de poder de un gobernante a otro.