Aunque la Armada de la Unión capturó alrededor de 1.500 corredores del bloqueo, decenas de miles de toneladas de suministros llegaron a los puertos confederados. Estas provisiones incluían medicinas, alimentos, uniformes y armas. Un tercio de todas estas importaciones procedían del puerto de Wilmington, Carolina del Norte.
La ejecución del bloqueo se volvió tan rentable que los armadores estaban dispuestos a correr grandes riesgos. Pagaban a sus tripulaciones grandes salarios y utilizaban barcos especialmente diseñados que podían dejar atrás a los barcos de la Unión. Estos vapores tenían perfiles largos y bajos, poco calado y motores potentes. También estaban pintados de gris oscuro para que fueran difíciles de ver de noche.
Los corredores del bloqueo generalmente viajaban de noche y permanecían cerca de la costa para evitar ser detectados. También se disfrazarían de barcos pesqueros u otras embarcaciones inofensivas. Si un barco de la Unión detectaba a un corredor de bloqueo, a menudo intentaba escapar arrojando carga por la borda y aumentando su velocidad.
Muchos corredores del bloqueo fueron hundidos o capturados, pero las ganancias fueron tan altas que los armadores estaban dispuestos a correr el riesgo. El bloqueo ayudó al ejército confederado a continuar luchando por su causa.