Según datos históricos, el precio medio de una docena de huevos en Estados Unidos durante la década de 1930 oscilaba entre 20 y 40 centavos. Esto equivaldría a entre 3 y 6 dólares en la moneda actual, ajustado a la inflación.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el precio de los huevos podría fluctuar significativamente durante la Depresión. Por ejemplo, durante períodos de graves dificultades económicas, el precio de los huevos podría bajar hasta 10 centavos la docena, mientras que en tiempos de recuperación económica, los precios podrían subir hasta 60 centavos.
Además, el precio de los huevos puede variar mucho entre las distintas regiones del país. Por ejemplo, los huevos solían ser más caros en las zonas urbanas que en las rurales, donde los agricultores podrían haber tenido más fácil acceso a huevos frescos.
A pesar de estas variaciones, los huevos siguieron siendo una fuente de proteínas relativamente asequible durante la Gran Depresión. Muchas familias dependían de los huevos como parte habitual de sus comidas debido a su valor nutricional y su menor costo en comparación con otras fuentes de proteínas.