Militarismo
En los años previos a la Primera Guerra Mundial, las principales potencias europeas emprendieron una carrera armamentista, fortaleciendo sus ejércitos y acumulando armas. Este militarismo creó un clima de miedo y sospecha entre las naciones de Europa.
Alianzas
Las potencias europeas estaban divididas en dos bandos rivales, la Triple Entente (Gran Bretaña, Francia y Rusia) y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia). Estas alianzas unieron a las naciones de Europa en una red de acuerdos de defensa mutua, lo que hizo difícil para cualquier nación emprender acciones militares sin correr el riesgo de un conflicto más amplio.
Nacionalismo
El nacionalismo, o la creencia de que una nación es superior a otras, fue una fuerza poderosa en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. El nacionalismo alimentó las rivalidades entre las potencias europeas y dificultó la resolución pacífica de disputas.
Imperialismo
El imperialismo, o la conquista de una nación por otra, fue otra causa importante de la Primera Guerra Mundial. Las potencias europeas competían por el control de las colonias en África, Asia y Medio Oriente, y esta competencia llevó a mayores tensiones entre las naciones de Europa.
Estos son sólo algunos de los factores que los historiadores identifican como causas de la Primera Guerra Mundial. Es importante señalar que no existe una explicación única y sencilla para la guerra. Más bien, fue el resultado de una compleja combinación de factores que se unieron para crear las condiciones para el conflicto.