Urbanización: El aumento de la productividad agrícola gracias a las nuevas técnicas y maquinaria agrícola dio lugar a un excedente de mano de obra en el campo, lo que llevó a muchos trabajadores rurales a migrar a los centros urbanos en busca de empleo.
Industrialización: La Revolución Agrícola proporcionó un excedente de alimentos, liberando mano de obra para otros sectores, incluidos el manufacturero y la industria, lo que impulsó la Revolución Industrial en Inglaterra.
Innovaciones Tecnológicas: La Revolución Agrícola vio la adopción de nuevas tecnologías y maquinaria, como la sembradora, arados mejorados y trilladoras, que aumentaron significativamente la productividad agrícola.
Cambio en la propiedad de la tierra: El movimiento de cercamiento condujo a una concentración de la propiedad de la tierra en manos de grandes terratenientes e individuos ricos, dejando a muchas comunidades rurales sin tierras y dependientes del trabajo asalariado.
Aumento de la producción de alimentos: Las nuevas prácticas y tecnologías agrícolas dieron como resultado un aumento de la producción de alimentos, lo que provocó una disminución de los precios de los alimentos y una mejor nutrición de la población.
Crecimiento demográfico: El aumento del suministro de alimentos y la mejora de las condiciones de vida contribuyeron a un aumento significativo del crecimiento demográfico durante la Revolución Agrícola en Inglaterra.