- Gestionar el presupuesto y las finanzas del hogar.
- Supervisar y organizar el trabajo de los sirvientes y demás personal.
- Adquisición y gestión de suministros y provisiones para el hogar.
- Supervisar el mantenimiento y reparación del patrimonio o propiedad.
- Organización y coordinación de eventos y funciones sociales.
- Manejo de correspondencia y tareas administrativas.
- Garantizar el confort y bienestar de los familiares e invitados.
En algunos casos, los mayordomos también tenían responsabilidades relacionadas con los asuntos financieros y legales del patrimonio, como administrar inversiones, cobrar el alquiler a los inquilinos y ocuparse de documentos y contratos legales.
El papel de mayordomo requería un alto nivel de competencia, lealtad y confianza, ya que a menudo se les otorgaba una gran responsabilidad y autonomía en la gestión de los asuntos del hogar. Los mayordomos normalmente vivían en la finca o propiedad y se los consideraba parte del hogar extendido.