Algunos de los alimentos más comunes que comían los presos incluían:
* Pan:A menudo se hacía con una mezcla de harina, agua y aserrín, y muchas veces estaba mohoso y lleno de gorgojos.
* Sopa:a menudo se hacía con agua y verduras y, a menudo, era líquida y aguada.
* Patatas:A menudo se hervían y se servían con un poco de sal.
* Carne:Era un regalo poco común y generalmente se le daba a los prisioneros que trabajaban duro o que estaban enfermos.
* Margarina:Se elaboraba a partir de una variedad de grasas y aceites y, a menudo, estaba rancia y llena de impurezas.
* Café:A menudo se elaboraba con cebada tostada o achicoria y, a menudo, se bebía con leche o azúcar.
Además de estos alimentos, a los presos también se les entregó una pequeña cantidad de jabón, pasta de dientes y desinfectante. Sin embargo, estos artículos a menudo escaseaban y los prisioneros a menudo se veían obligados a usarlos con moderación.
La falta de alimentos y la mala calidad de los mismos provocaron desnutrición y hambruna generalizadas en los campos. Esta fue una de las principales causas de muerte y se estima que millones de prisioneros murieron de hambre en los campos de concentración.