Durante los siglos XVIII y XIX prevaleció en el mundo occidental una gran confusión sobre la cuestión de la masturbación. La tradición judeocristiana había condenado el proceso como una rama pecaminosa de la naturaleza humana mientras que, al mismo tiempo, el "Gran Despertar", una serie de revoluciones en los Estados Unidos, traía un nuevo aire de liberación romántica al mundo.
Al mismo tiempo, libros como "Ononia:Or the Heinous Sin of Self-Pollution" de autor anónimo o el del "Tratado sobre las enfermedades producidas por el onanismo" de Samuel Tissot fueron la base para que muchos percibieran la masturbación como una "debilidad moral", pero principalmente como una condición física y mental que necesitaba tratamiento.
En Estados Unidos, una de las voces más fuertes contra la masturbación fue la de John Harvey Kellogg, un médico de Michigan. Él mismo se sentía bastante incómodo con toda la situación sexual, considerándola perjudicial para el bienestar físico, emocional y espiritual.
Se mantuvo alejado de cualquier proceso relacionado mientras nunca logró "consumar" su matrimonio. Él y su esposa pasaban las noches en habitaciones separadas mientras sus tres hijos eran adoptados.
Según el científico, el sexo entre parejas era malo, pero la masturbación era mucho peor. En su libro "Hechos sencillos para viejos y jóvenes:abrazar la historia natural y la higiene de la vida orgánica" Kellog enumeró 39 síntomas diferentes de una persona autoindulgente, entre ellos debilidad general, retraso en el crecimiento, cambios de humor, vergüenza, mala postura, ansia de comidas picantes, acné, aumento del pulso y epilepsia. Los hallazgos del Sr. Kellog, entonces, no fueron tan interesantes...
La solución al problema que sugirió el médico fue simplemente una buena alimentación. Creía firmemente que la buena carne o las especias podían reducir el deseo sexual, mientras que los alimentos más simples, como los cereales y las nueces, podían mantenerlo al mínimo. Durante ese tiempo y después de febriles investigaciones el médico ideó diferentes combinaciones de alimentos para lograr lo imposible, es decir, acabar con el deseo sexual. Dos de ellos evolucionaron hasta convertirse en desayunos ya establecidos.
Una de las primeras comidas "curativas" que inventó Kellog consistía en avena, harina de maíz horneada en forma de galletas y luego molida en trozos pequeños. Lo llamó "gránula", una elección relativamente mala ya que al mismo tiempo otro dietista (James Caleb Jackson) estaba trabajando en la misma receta. Después de varias amenazas de demandas, Kellog decidió bautizar la mezcla "Granola" estableciendo el nombre hasta el día de hoy.
El siguiente desarrollo innovador de Kellog fueron los cereales como desayuno antimasturbación saludable y listo para comer. Este descubrimiento se hizo en colaboración con su hermano Will, el empresario de la familia, quien sugirió encarecidamente que se añadiera azúcar a la receta para que el producto ganara un mayor atractivo en el mercado. Will comenzó a vender el cereal a través de su propia empresa, que pasó a ser conocida como "Kellogg's Company".
Y aunque los cereales y la granola fueron dos ideas realmente buenas, Kellogg en ocasiones ha defendido algunas medidas bastante duras contra la autocomplacencia. Por ejemplo, sugirió que los niños pasaran un alambre a través del prepucio para evitar erecciones, mientras que a las niñas se les sugirió aplicar ácido en el clítoris para obtener resultados "similares".
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