La muerte de Julio César en un cuadro
La muerte de Julio César fue uno de los acontecimientos trascendentales en la historia milenaria de Roma.
El dictador, ahora fuertemente detestado por la mayoría de los miembros del Senado, cayó atravesado por más de 40 puñaladas en los idus de marzo del 44 a.C.
Entre los conspiradores, como se sabe, se encontraba el amado hijo adoptivo (o natural) Bruto. ( ver también: https://www.pilloledistoria.it/6909/storia-antica/perche-bruto-odiava-cesare-suo-padre y https://www.pilloledistoria.it/5678/senza-categoria/falsi-storici-dubbi- frase-cesare-quoque-tu-brute-fili-mi).
Los antiguos romanos, como sabemos, eran muy supersticiosos, siempre dispuestos a captar signos ocultos en cualquier caso, pero la muerte de Julio César, en efecto, fue predicha por inquietantes presagios.
Puede que haya sido pura coincidencia, pero desde unos días antes del asesinato, se sucedieron extrañas coincidencias una tras otra.
Pronósticos catastróficos y sueños premonitorios caracterizaron la víspera de aquel acontecimiento.
En resumen, el fin de César estaba en el aire.
La primera que trastornó la mente del político fue la adivina Spurina, que ella intentó advertirle del peligro que sentía cerca.
“ ¡Cuidado con los idus de marzo! Ella” le dijo.
La segunda fue su esposa Calpurnia, quien en su sueño vio perecer a su marido en el derrumbe del techo de su casa.
Finalmente, una visión onírica alarmante, en la que se le veía volando por el cielo y estrechando la mano de Júpiter, perturbó el sueño del propio dictador.
Pero hizo falta mucho más para detener a Julio César, a quien ciertamente nunca le había faltado coraje.
Cuando Calpurnia le rogó que no fuera al Senado, él la tranquilizó diciéndole que no creyera en ciertas supersticiones.
Fue la última vez que hablaron (Foto de :tanogabo.it).