* El desarrollo de la agricultura. La agricultura permitió un modo de vida más asentado, lo que hizo posible que las personas construyeran sociedades más grandes y complejas. Las sociedades agrícolas también produjeron más alimentos que las sociedades de cazadores-recolectores, lo que permitió una población mayor.
* La propagación de enfermedades. Las sociedades agrícolas solían estar más densamente pobladas que las sociedades de cazadores-recolectores, lo que facilitaba la propagación de enfermedades. Enfermedades como la viruela, el sarampión y la malaria diezmaron muchas poblaciones de cazadores-recolectores.
* La expansión de los imperios. A medida que las sociedades agrícolas crecieron en poder, comenzaron a expandir sus imperios. Esta expansión condujo a menudo al desplazamiento de los pueblos cazadores-recolectores.
* El deseo de bienes de lujo. A medida que las sociedades agrícolas se hicieron más ricas, comenzaron a demandar bienes de lujo como pieles, marfil y especias. Esta demanda condujo a un aumento del comercio entre sociedades agrícolas y sociedades de cazadores-recolectores. Sin embargo, este comercio a menudo benefició más a las sociedades agrícolas que a las sociedades de cazadores-recolectores.
El declive de las sociedades cazadoras-recolectoras ha tenido un impacto significativo en el mundo. Las sociedades de cazadores-recolectores tienen un gran conocimiento sobre el mundo natural y su decadencia ha llevado a la pérdida de este conocimiento. Las sociedades de cazadores-recolectores también desempeñan un papel importante en la conservación de la biodiversidad, y su decadencia ha provocado la pérdida de hábitat para muchas especies de plantas y animales.