En Inglaterra, Riel fue a veces retratado como un heroico defensor de los pueblos indígenas y de los canadienses de habla francesa, y como un símbolo de resistencia al imperialismo británico. Sus discursos fueron publicados y leídos ampliamente, y fue visto como un elocuente defensor de los derechos de los grupos minoritarios.
Sin embargo, algunos también veían a Riel como un radical y un rebelde. Su participación en dos conflictos armados contra el gobierno canadiense llevó a muchos a verlo como una amenaza a la ley y el orden. Sus creencias religiosas, que incluían visiones y un sentimiento de inspiración divina, también contribuyeron a esta percepción.
Después de su segunda rebelión en 1885, Riel fue capturado, juzgado y ejecutado. Esta acción fue recibida con una condena generalizada en Inglaterra y muchos británicos sintieron que lo habían tratado injustamente. Su ejecución sólo sirvió para solidificar aún más su condición de mártir y héroe popular a los ojos de muchos.
En general, el legado de Riel en Inglaterra fue complejo y multifacético. Fue admirado y criticado al mismo tiempo, y sus acciones provocaron una variedad de respuestas. Su nombre e influencia siguen siendo importantes hasta el día de hoy y sigue siendo una figura muy controvertida en la historia de Canadá.