Susan B. Anthony nació en Massachusetts y se crió en una familia cuáquera. Se involucró en el movimiento abolicionista en sus primeros años y fue una firme defensora de los derechos de los afroamericanos. Más tarde se unió al movimiento por el sufragio femenino, donde trabajó incansablemente para garantizar el derecho al voto de las mujeres.
En 1872, Anthony fue arrestado y multado por votar en las elecciones presidenciales, lo que en ese momento era ilegal para las mujeres. Se negó a pagar la multa y apeló su caso, convirtiéndose en una figura nacional en el movimiento por el sufragio femenino. El activismo de Anthony también se extendió a otras causas sociales, incluida la templanza, los derechos laborales y los derechos de propiedad de las mujeres.
Anthony trabajó en estrecha colaboración con otras sufragistas destacadas, incluida Elizabeth Cady Stanton, y fue una figura clave en la Asociación Nacional del Sufragio Femenino (NWSA). Desempeñó un papel destacado en la organización de marchas, protestas y convenciones para crear conciencia sobre la causa del sufragio. Anthony pronunció innumerables discursos y escribió extensamente para promover el sufragio femenino, defendiendo la importancia de la participación política y la igualdad de las mujeres.
Aunque falleció antes de que las mujeres obtuvieran el derecho al voto en 1920, los incansables esfuerzos de Susan B. Anthony y su inquebrantable dedicación al movimiento por el sufragio femenino fueron fundamentales para garantizar el derecho al voto de las mujeres en los Estados Unidos. Sigue siendo un ícono e inspiración para activistas y defensores que luchan por la justicia social y la igualdad de género.