Primer incidente (2 de agosto de 1964):
El 2 de agosto de 1964, el destructor estadounidense USS Maddox se encontraba en una misión de patrulla en aguas internacionales en el Golfo de Tonkín, cerca de la costa de Vietnam del Norte. Las lanchas patrulleras norvietnamitas supuestamente atacaron al Maddox con torpedos. El Maddox informó del incidente, afirmando haber hundido o dañado varios barcos norvietnamitas.
Segundo incidente (4 de agosto de 1964):
Dos días después, el 4 de agosto, la Marina estadounidense informó de otro ataque a dos de sus destructores, el USS Maddox y el USS Turner Joy, en la misma zona del Golfo de Tonkín. Esta vez, Estados Unidos afirmó que Vietnam del Norte lanzó múltiples ataques con torpedos y los barcos estadounidenses respondieron contraatacando y lanzando cargas de profundidad.
Controversia:
La veracidad y exactitud de estos informes han sido ampliamente debatidas. Algunos historiadores y críticos han cuestionado si Estados Unidos exageró o fabricó deliberadamente los ataques en el Golfo de Tonkín para justificar la intervención militar en Vietnam. Otros han sostenido que los incidentes efectivamente ocurrieron y sirvieron como una provocación legítima por parte de Vietnam del Norte.
Consecuencias:
Independientemente de la naturaleza controvertida de los acontecimientos, el incidente del Golfo de Tonkín tuvo profundas consecuencias. Provocó una acción militar inmediata por parte de Estados Unidos. En respuesta, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Resolución del Golfo de Tonkín, que otorgó al presidente Lyndon B. Johnson amplia autoridad para utilizar la fuerza militar en Vietnam sin una declaración formal de guerra. Esto marcó una escalada significativa de la participación de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam y allanó el camino para el despliegue de tropas terrestres estadounidenses a gran escala.
Heredado:
El incidente del Golfo de Tonkín sigue siendo un episodio controvertido en la historia de Estados Unidos. Destaca la naturaleza compleja de los conflictos internacionales, el delicado equilibrio entre diplomacia y acción militar y la importancia de una inteligencia precisa y confiable en la toma de decisiones. El incidente sirve como recordatorio de las graves implicaciones de los errores de cálculo o la desinformación en política exterior y enfatiza la necesidad de una deliberación y verificación cuidadosas antes de emprender intervenciones militares.