Inicialmente, el gobierno de Estados Unidos no intentó cobrar la deuda, ya que estaba concentrado en reconstruir el país después de la guerra. Sin embargo, en 1871, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la 14ª Enmienda a la Constitución, que establecía que las deudas del gobierno confederado eran ilegales y no podían pagarse. Esta enmienda acabó efectivamente con cualquier posibilidad de que se pagara la deuda confederada.
Además de la 14ª Enmienda, el gobierno de los Estados Unidos también aprobó la Ley del Ku Klux Klan de 1871, que prohibió al Ku Klux Klan y otros grupos similares que se formaron para resistir la Reconstrucción. Estas medidas ayudaron a reprimir cualquier intento de la antigua Confederación de resistir el control del gobierno de Estados Unidos.