Después del asesinato de Julio César en el 44 a. C., estallaron una serie de guerras civiles en la República Romana. Estos conflictos involucraron a varias facciones, incluidas las lideradas por Marco Antonio y Octavio (más tarde conocido como Augusto). Después de varias batallas y maniobras políticas, Octavio salió victorioso.
En el año 27 a.C., el Senado romano concedió a Octavio el título de Augusto, lo que marcó el comienzo del Imperio Romano. Augusto se convirtió en el primer emperador romano y mantuvo el poder hasta su muerte en el año 14 d.C. Por lo tanto, Augusto fue el líder de Roma después de las guerras civiles y la caída de la República Romana, no antes de Julio César.