Cayo Octavio, que adoptaría el nombre de Augusto César, no fue adoptado por Julio César. De hecho, su tío abuelo materno, Julio César, inicialmente apoyó a Cayo Octavio y lo nombró heredero del cargo de Pontífice Máximo después de la muerte de Lucio Cornelio Léntulo Níger en el 49 a.C. Más tarde, Cayo Octavio fue nombrado heredero de César junto con sus primos matrimoniales Lucio y Cayo Pinario cuando Julio César hizo su testamento en septiembre del 45 a.C.
El biógrafo romano Suetonio sugiere varias razones posibles para la elección, incluido el linaje familiar de Octavio y sus logros militares, así como el cariño de César por Escribonia, la madre de Octavio.
Cayo Octavio fue nombrado principal beneficiario del testamento de Julio César después de la muerte de sus herederos inicialmente favorecidos, lo que significa que fue adoptado como hijo y heredero in absentia de Julio César.