En la antigüedad, la India era una región rica y próspera. Durante el Imperio Gupta (320-550 d.C.), la India experimentó una época dorada de prosperidad y logros culturales. El comercio floreció, la agricultura era abundante y la región era conocida por su producción de bienes valiosos como textiles, especias y metales preciosos.
Sin embargo, es difícil clasificar definitivamente a los países en términos de fortaleza económica o riqueza a lo largo de períodos de tiempo tan vastos. Muchos factores, como la fluctuación de las fronteras, los cambios en los patrones comerciales, los avances tecnológicos y la dinámica política, han influido en la prosperidad económica a lo largo de los siglos.
En la historia más reciente, varios países, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido y ciertas naciones europeas, han sido considerados potencias económicas dominantes debido a factores como la industrialización, los avances tecnológicos y las redes comerciales globales.
Por lo tanto, si bien la India ocupa un lugar importante en la historia mundial por sus contribuciones económicas y su rico patrimonio cultural, no es posible etiquetarla de manera concluyente como el país más rico del mundo a lo largo de la historia. El dominio económico ha fluctuado entre diferentes regiones y naciones a lo largo del tiempo.