La primera bomba atómica fue lanzada sobre la base de la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos en Alamogordo, Nuevo México, a las 5:29:45 hora local del 16 de julio de 1945. La bomba, cuyo nombre en código era "Trinity", marcó la culminación de una proyecto secreto de investigación científica llamado Proyecto Manhattan, y fue diseñado por el renombrado físico J. Robert Oppenheimer.
¿Por qué se eliminó?
La decisión de lanzar la bomba fue tomada por el presidente Harry Truman después de considerar el creciente costo y la pérdida de vidas en la Segunda Guerra Mundial en curso. Cuando la guerra se acercaba a su fase final, Truman se enfrentó a la elección entre continuar con las masivas campañas de bombardeos convencionales u optar por la ventaja potencial que ofrecía la bomba atómica.
Motivaciones para el uso de la bomba
Hay varias razones por las que Truman decidió lanzar la bomba:
Resiliencia japonesa y negativa a rendirse: A pesar de los intensos bombardeos convencionales, el gobierno japonés se negó resueltamente a rendirse. Los líderes militares y políticos japoneses seguían arraigados en su creencia de una batalla final decisiva para defender la patria, incluso cuando el esfuerzo bélico estaba menguando.
Salvar vidas estadounidenses: Las estimaciones predijeron potencialmente cientos de miles de bajas entre las tropas aliadas involucradas en una invasión a gran escala de las islas japonesas, incluido el continente. Al utilizar la bomba, Truman pretendía acelerar el fin de la guerra y minimizar las pérdidas estadounidenses.
Impactando a los dirigentes japoneses hasta someterlos: El poder destructivo sin precedentes de la bomba atómica fue visto como una forma de sacudir a los líderes japoneses para que se rindieran incondicionalmente y evitar la necesidad de más derramamiento de sangre y combates prolongados.
Efecto disuasivo sobre posibles futuros adversarios: Truman y otros responsables políticos creían que poseer y demostrar la bomba atómica fortalecería la posición estratégica de Estados Unidos en la posguerra y actuaría como elemento disuasivo contra futuros conflictos militares o agresiones de otras naciones.
Es crucial señalar que la decisión de lanzar la bomba atómica sigue siendo controvertida y éticamente compleja. Si bien logró su objetivo de lograr la rendición del Japón y poner fin a la guerra, también provocó una pérdida sin precedentes de vidas civiles en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, con consecuencias a largo plazo para el medio ambiente y la salud humana.