- Cambio en las prioridades del gobierno. La dinastía Ming (1368-1644) puso mayor énfasis en consolidar su poder dentro de China. Los asuntos internos prevalecieron sobre las costosas y largas expediciones.
- Coste de las expediciones navales. Los viajes emprendidos por la dinastía Ming eran increíblemente costosos y requerían la construcción y el mantenimiento de grandes flotas, así como suministros para las largas expediciones. A medida que aumentaron las tensiones financieras, el gobierno consideró más prudente asignar recursos a otras áreas.
- Falta de beneficios prácticos inmediatos. Si bien los viajes mostraron las capacidades chinas y trajeron algunos productos exóticos, no produjeron beneficios económicos o territoriales significativos que justificaran su continuación.
- Factores culturales e ideológicos. La dinastía Ming enfatizó los valores confucianos que priorizaban la sociedad agrícola, la estabilidad y la moralidad. Algunos miembros del gobierno y la sociedad también vieron los viajes como extravagantes, frívolos y potencialmente moralmente corruptos debido a la exposición a culturas extranjeras.
Es importante señalar que los chinos no cesaron por completo la exploración, pero la escala y el alcance de sus expediciones se redujeron considerablemente. Continuaron participando en actividades marítimas regionales, como el comercio y las relaciones diplomáticas, pero las grandes expediciones de la anterior dinastía Ming quedaron en suspenso.