Estados Unidos comprometió fuerzas terrestres en la Guerra de Corea el 25 de junio de 1950, tras la invasión de Corea del Sur por parte de Corea del Norte el día anterior. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó la invasión de Corea del Norte y aprobó el uso de la fuerza militar para repeler el ataque. Aproximadamente 36.000 soldados estadounidenses fueron rápidamente desplegados en la zona. Las fuerzas estadounidenses entablaron intensos combates con las tropas norcoreanas y, en septiembre, los norcoreanos fueron obligados a retroceder al norte del paralelo 38.
Unas semanas más tarde, las tropas de la ONU lideradas por Estados Unidos cruzaron el paralelo en persecución de los norcoreanos, y el 20 de octubre, las fuerzas de Corea del Sur y de la ONU habían capturado Pyongyang, la capital norcoreana. Sin embargo, la entrada de China en el conflicto el 25 de octubre obligó a las fuerzas de la ONU a retroceder hacia el sur y los estadounidenses evacuaron Seúl en diciembre. La guerra osciló de un lado a otro durante los siguientes meses, a medida que ambos bandos ganaban y perdían terreno.
Estancamiento y tregua
En julio de 1951, los combates se habían estancado a lo largo del paralelo 38. Aunque ambos bandos habían sufrido importantes bajas, ninguno había podido lograr sus objetivos. La Guerra de Corea terminó el 27 de julio de 1953, cuando las dos partes firmaron un acuerdo de alto el fuego. El acuerdo estableció una zona desmilitarizada (DMZ) a lo largo del paralelo 38, que ha seguido siendo la línea divisoria entre los dos países desde entonces.
La Guerra de Corea fue un conflicto costoso para Estados Unidos. Más de 36.000 estadounidenses murieron en combate y otros 103.000 resultaron heridos. La guerra también tuvo un impacto económico significativo en Estados Unidos, así como en otros países involucrados en el conflicto.
Legado de la Guerra de Corea
La Guerra de Corea a menudo se considera precursora de la Guerra de Vietnam y tuvo un profundo efecto en Estados Unidos y en la Guerra Fría. También condujo a la creación de la alianza Corea del Sur-Estados Unidos, que ha sido un factor clave para mantener la estabilidad en la región.