Cuando ocurrió el derrame de petróleo, el petróleo crudo se extendió rápidamente por el Golfo de México e impactó aproximadamente 1,300 millas de costa, incluidas islas barrera, playas y humedales. Sin embargo, la mayor parte del petróleo se concentró en las aguas y marismas de Luisiana.
El estado enfrentó daños ecológicos sustanciales, incluida la pérdida de hábitats costeros, la mortalidad de la vida marina y la contaminación de playas y vías fluviales costeras. Muchas áreas de la costa de Luisiana quedaron gravemente contaminadas, lo que afectó a las industrias pesquera y turística que son vitales para la economía del estado.
Además, el derrame de petróleo tuvo graves efectos socioeconómicos en Luisiana. Los medios de vida de muchos residentes que dependían de la pesca, el turismo y las industrias relacionadas se vieron significativamente afectados. Los esfuerzos de limpieza y recuperación fueron extensos y continuos durante varios años, lo que ejerció presión sobre los recursos y las finanzas del estado.
El derrame de petróleo de Deepwater Horizon ha tenido consecuencias a largo plazo para Luisiana, tanto ambiental como económicamente. Si bien se han realizado importantes esfuerzos para abordar los impactos y restaurar las áreas afectadas, el proceso de recuperación total continúa.