Figuras clave como George Washington, James Madison, Benjamin Franklin y Alexander Hamilton estuvieron entre los 55 delegados que se reunieron en Filadelfia para la convención. Su objetivo era abordar las debilidades y deficiencias de los Artículos de la Confederación, que habían demostrado ser inadecuados para gobernar eficazmente la nación recién independizada.
Durante la convención, los delegados entablaron acalorados debates y negociaciones sobre la estructura y los poderes del gobierno federal. Finalmente redactaron una nueva constitución que estableció un gobierno central más sólido, con tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y un sistema de controles y contrapesos.
Las discusiones también resultaron en la inclusión de la Declaración de Derechos, que luego se convertiría en las primeras diez enmiendas a la Constitución, garantizando libertades individuales y derechos a los ciudadanos.
En última instancia, la Cámara de Representantes del Estado de Pensilvania fue el lugar de nacimiento de la Constitución de los Estados Unidos, que sigue siendo la ley suprema del país y ha dado forma a la gobernanza y la democracia de la nación hasta el día de hoy. El documento que surgió de la convención sentó las bases para un gobierno federal fuerte y estableció a Estados Unidos como una república con una democracia representativa.