1. Especialización Laboral :La gestión científica hizo hincapié en dividir tareas complejas en acciones simples y repetitivas. A los trabajadores se les asignaron tareas específicas y especializadas según sus capacidades, lo que condujo a una mayor eficiencia en la línea de montaje.
2. Eficiencia y Productividad :Los estudios de tiempo y movimiento de Taylor buscaban identificar y eliminar ineficiencias en los procesos de trabajo. Al perfeccionar los métodos de producción y reducir los movimientos innecesarios, los propietarios de las fábricas pretendían aumentar la productividad general.
3. Cargas de trabajo intensificadas :El enfoque en la eficiencia a menudo condujo a mayores cargas de trabajo y tasas de producción más rápidas. Los trabajadores enfrentaron mayores exigencias físicas y presión de tiempo para cumplir con las cuotas de producción.
4. Monotonía y alienación :Las tareas repetitivas y altamente especializadas podrían volverse monótonas e insatisfactorias para los trabajadores, generando una sensación de alienación y desconexión de su trabajo.
5. Pérdida de habilidades artesanales :La gestión científica redujo la necesidad de artesanos cualificados al dividir las tareas en acciones simples y repetibles. Esto provocó un declive de la artesanía tradicional y el orgullo de los trabajadores por su trabajo.
6. Esfuerzo físico y problemas de salud: El aumento de las cargas de trabajo, los movimientos repetitivos y la presión del tiempo podrían provocar tensión física, lesiones musculares y agotamiento entre los trabajadores de las fábricas.
7. Sindicatos y movimientos obreros: Los efectos negativos de la gestión científica, junto con las malas condiciones laborales, contribuyeron al surgimiento de sindicatos y movimientos que abogaban por los derechos de los trabajadores, mejores salarios y mejores condiciones laborales.
8. Oposición y resistencia de los trabajadores: Muchos trabajadores de fábricas se resistieron a la gestión científica debido a sus efectos deshumanizantes y su percepción de explotación. Los trabajadores utilizaron diversas estrategias, incluidas desaceleraciones, huelgas y sabotajes, para desafiar la naturaleza opresiva de la gestión científica.