Caballería fuerte: En general, se consideraba que la caballería confederada era superior a la caballería de la Unión. Esto se debió en parte al hecho de que muchos sureños eran jinetes experimentados y también al hecho de que la caballería confederada a menudo estaba dirigida por comandantes más agresivos e innovadores. Los generales de caballería confederados como JEB Stuart pudieron hostigar las líneas de suministro de la Unión y cortar las comunicaciones, lo que obstaculizó enormemente el esfuerzo bélico de la Unión.
Motivación: Muchos confederados luchaban por sus hogares y su forma de vida, y esto les dio una fuerte motivación para luchar. Esto fue especialmente cierto en los primeros años de la guerra, cuando la Confederación ganaba la mayoría de las batallas importantes. Sin embargo, a medida que la guerra se prolongaba, la moral confederada comenzó a decaer, especialmente después de la victoria de la Unión en Gettysburg en 1863.
Es importante señalar que la Unión también tenía algunas ventajas sobre la Confederación. Por ejemplo, la Unión tenía una población y una base industrial mucho mayores, lo que le daba una ventaja significativa en términos de recursos. La Unión también tenía un gobierno más centralizado, lo que facilitó la coordinación de su esfuerzo bélico. En última instancia, fueron estas ventajas las que permitieron a la Unión ganar la guerra.