La Confederación Iroquesa era la alianza de nativos americanos más poderosa en el noreste en el momento de la Guerra Revolucionaria. Los iroqueses habían sido durante mucho tiempo aliados de los británicos y habían luchado junto a ellos en guerras anteriores. Cuando estalló la Guerra Revolucionaria, los iroqueses inicialmente intentaron permanecer neutrales. Sin embargo, los británicos pudieron convencerlos de unirse a la guerra de su lado prometiéndoles tierras y otras recompensas.
Los Cherokee eran la tribu nativa americana más grande del sureste. Inicialmente habían sido amigables con los estadounidenses, pero se desilusionaron con ellos después de que los estadounidenses comenzaron a establecerse en sus tierras. En 1776, los Cherokee se aliaron con los británicos. Sin embargo, los estadounidenses pudieron derrotar a los Cherokee en una serie de batallas, y los Cherokee se vieron obligados a ceder gran parte de sus tierras a los estadounidenses.
Muchas otras tribus nativas americanas permanecieron neutrales durante la Guerra Revolucionaria. No querían verse involucrados en un conflicto entre dos poderosos grupos de blancos. También temían que luchar en ambos bandos pudiera conducir a la destrucción de su propio pueblo.
La Guerra Revolucionaria tuvo un profundo impacto en los nativos americanos. Resultó en la pérdida de tierras, la alteración de las formas de vida tradicionales y el aumento de los asentamientos blancos en territorio nativo americano.