1. Pastoreo excesivo: Los enormes rebaños de ganado que pastaban al aire libre provocaron un pastoreo excesivo y el agotamiento de los pastos naturales. Esta degradación de los pastizales redujo su capacidad de carga y dificultó a los ganaderos mantener sus operaciones ganaderas.
2. Inviernos duros: A mediados de la década de 1880 se produjo una serie de inviernos severos, en particular el invierno de 1886-1887, conocido como el "Gran Die-Up". Estas duras condiciones provocaron muertes generalizadas de ganado y pérdidas importantes para los ganaderos. La pérdida de ganado, junto con el ya frágil estado de los pastizales, desafió aún más la sostenibilidad de la ganadería al aire libre.
3. Competencia de la agricultura: A medida que los colonos se trasladaron hacia el oeste, comenzaron a convertir tierras de pastoreo abiertas en campos agrícolas. Esta invasión redujo las tierras de pastoreo disponibles para el ganado, aumentando la competencia entre ganaderos y agricultores. La Ley de Homestead de 1862 aceleró aún más la conversión de pastizales abiertos en tierras agrícolas.
4. Avances tecnológicos: La introducción de cercas de alambre de púas a finales de la década de 1870 facilitó a los ganaderos el control de sus rebaños y la gestión más eficaz de sus tierras de pastoreo. Esto les permitió pasar de la ganadería al aire libre a los pastos cercados, lo que ayudó a prevenir el pastoreo excesivo y proporcionó un mejor control sobre la cría y el manejo del ganado.
5. Cambios económicos: La depresión económica de mediados de la década de 1880, conocida como la Gran Depresión, también contribuyó al declive de la ganadería al aire libre. La caída de los precios del ganado y la crisis económica general hicieron difícil para los ganaderos sostener sus operaciones y pagar sus deudas.
Estos factores en conjunto llevaron al fin de la ganadería al aire libre y a la transición a un sistema de ganadería más organizado y administrado con pastos cercados y prácticas de pastoreo mejoradas.