En su discurso, Washington expresó su gratitud por la confianza y el apoyo que había recibido durante su presidencia y reflexionó sobre los desafíos y logros de su mandato. También ofreció asesoramiento y orientación sobre diversos asuntos de importancia nacional, incluida la política exterior, los asuntos internos y la preservación de la Unión.
Washington se dirigió específicamente a sus conciudadanos, instándolos a defender los principios y valores que habían guiado a la nación desde su fundación. Destacó la importancia de la unidad, el patriotismo y el compromiso con el bien común.
Al compartir su sabiduría y experiencia, Washington pretendía inspirar a futuras generaciones de líderes y garantizar la estabilidad y prosperidad a largo plazo de Estados Unidos. El discurso proporcionó valiosas ideas sobre su filosofía política y sirvió como documento guía para que la joven nación moldeara su futuro y mantuviera su estilo de vida republicano.