Después de la Revolución Americana, la gente inicialmente temía que un gobierno federal fuerte invadiera las libertades individuales. El poder del gobierno británico y la opresión colonial dejaron un sentimiento duradero de que una autoridad central fácilmente podría volverse opresiva. Como resultado, los Artículos de la Confederación eran débiles y otorgaban al gobierno central poderes y recursos limitados. Esto permitió mucho más poder a nivel estatal. Sin embargo, con el paso del tiempo, las limitaciones de los Artículos se hicieron evidentes.
Debilidad e ineficacia :
Los artículos resultaron ineficaces para abordar cuestiones nacionales, especialmente la regulación del comercio y la mediación en conflictos entre estados. La incapacidad del gobierno central para recaudar impuestos, regular el comercio interestatal o hacer cumplir tratados socavó su autoridad y obstaculizó el progreso.
Desorden financiero :La incapacidad de recaudar ingresos dejó a la nueva nación con una deuda grave, lo que dificultaba el cumplimiento de las obligaciones con los soldados, los acreedores y los aliados extranjeros. Las deudas acumuladas durante la guerra seguían impagas, lo que afectó la credibilidad del gobierno y la estabilidad económica de la nación.
Falta de unidad :Los artículos fomentaron la desunión entre los estados. Cada estado actuó en función de sus propios intereses, lo que a menudo generó conflictos y disputas comerciales que el débil gobierno federal no pudo resolver. La ausencia de una autoridad central fuerte obstaculizó el crecimiento económico y la prosperidad, así como la capacidad del país para negociar acuerdos comerciales con naciones extranjeras.
La rebelión de Shays :Este levantamiento de 1786-87 en Massachusetts puso de relieve las debilidades del gobierno central. Los agricultores, que estaban pasando apuros económicos, protestaron contra los altos impuestos y las prácticas injustas de cobro de deudas. El incidente demostró la necesidad de un gobierno federal más sólido, capaz de mantener la ley y el orden, además de abordar las cuestiones económicas.
Con el tiempo, las limitaciones de los Artículos de la Confederación se hicieron cada vez más evidentes, lo que llevó a un creciente impulso por un gobierno central más fuerte que pudiera abordar eficazmente los desafíos de la nación y promover la prosperidad económica. Estas preocupaciones, combinadas con la formulación exitosa de la Constitución de los Estados Unidos en 1787, finalmente cambiaron las opiniones de los colonos hacia la necesidad de un gobierno federal más poderoso.