El plan fue diseñado principalmente para abordar la necesidad de una defensa unificada contra la amenaza planteada por Francia y sus aliados nativos americanos durante la Guerra Francesa e India. Propuso el establecimiento de un Gran Consejo, integrado por representantes de cada colonia, que tendría autoridad para tomar decisiones en cuestiones de guerra, paz y comercio. El consejo sería responsable de coordinar los esfuerzos militares, regular los asuntos indios y gestionar las disputas intercoloniales.
El Plan de Unión de Albany también tenía como objetivo promover la cooperación entre las colonias en asuntos económicos, incluida la regulación del comercio y el desarrollo de infraestructura como carreteras y canales. Franklin creía que una entidad colonial unificada tendría mayor poder económico y político que las colonias individuales actuando por separado.
Sin embargo, el Plan de Unión de Albany enfrentó la oposición de algunos líderes coloniales, que desconfiaban de entregar parte de su poder y autonomía a una autoridad central. El plan finalmente no fue adoptado y las colonias permanecieron separadas y gobernadas de manera flexible por la Corona británica hasta la Revolución Americana.