La primera prioridad de los puritanos al construir Salem fue crear una casa de reuniones comunitaria, que reflejara tanto la fe puritana como la naturaleza comunitaria de su sociedad. La casa de reuniones servía como lugar donde los miembros de la comunidad se reunían para servicios religiosos, reuniones de oración y otros eventos sociales. Por lo general, estaba ubicado en el centro de la ciudad y servía como centro de la vida comunitaria.
Alrededor de la casa de reuniones, los puritanos trazaron un patrón de calles y asignaron parcelas de tierra a familias individuales. Estas parcelas solían ser lo suficientemente grandes como para albergar una casa, un jardín y un granero o taller. Los puritanos creían que este acuerdo promovería el orden y la armonía dentro de la comunidad y también permitiría el uso eficiente de la tierra.
Además de las casas de reuniones y los lotes de casas individuales, las ciudades puritanas también incluían otras estructuras comunales importantes, como escuelas, herrerías y molinos. Estas estructuras eran esenciales para la supervivencia y prosperidad de la comunidad y ayudaron a fomentar un sentido de autosuficiencia entre los puritanos.
La disposición de las ciudades puritanas reflejaba sus creencias religiosas, sus valores comunitarios y sus necesidades prácticas. Estas ciudades fueron diseñadas para proporcionar un entorno seguro y ordenado en el que los puritanos pudieran vivir y adorar según sus creencias.