Los exploradores nórdicos probablemente llegaron a América del Norte navegando a través del Océano Atlántico Norte. Utilizaban barcos largos y estrechos llamados drakkar, que eran muy adecuados para navegar por los mares agitados del Atlántico Norte. Los navegantes nórdicos utilizaban las estrellas y el sol para guiarse, y también confiaban en su conocimiento de las corrientes y vientos del océano.
Los asentamientos nórdicos en América del Norte duraron relativamente poco. Duraron unos 500 años, pero finalmente fueron abandonados debido a una serie de factores, incluido el cambio climático, los conflictos con los pueblos nativos y el declive de la civilización nórdica en Europa. Sin embargo, los exploradores nórdicos dejaron un legado duradero en América del Norte, incluida la introducción de nuevas tecnologías e ideas y el establecimiento de los primeros asentamientos europeos en el Nuevo Mundo.