William Penn, el fundador de Pensilvania, era cuáquero y un firme defensor de la libertad religiosa. Creía que la gente debería ser libre de practicar el culto que quisiera y que el gobierno no debería interferir en los asuntos religiosos. Este principio fue consagrado en el Marco de Gobierno de Pensilvania, que fue una de las primeras constituciones en garantizar la libertad religiosa.