1. Interpretación errónea de las intenciones de Hitler: Los líderes occidentales, en particular el primer ministro británico Neville Chamberlain, creían que el apaciguamiento podría satisfacer las demandas territoriales de Hitler y mantener la paz. Sin embargo, el objetivo final de Hitler era ganar dominio sobre Europa y establecer un "Gran Reich alemán". El apaciguamiento permitió a Hitler ganar territorio sin afrontar consecuencias significativas, lo que reforzó su creencia de que podía continuar con su agenda expansionista.
2. Fomentó el expansionismo alemán: El éxito del apaciguamiento en la crisis de los Sudetes de 1938 animó a Hitler a emprender nuevas acciones agresivas. Le demostró que las potencias occidentales estaban dispuestas a hacer concesiones para evitar la guerra, lo que le permitió continuar con sus políticas expansionistas con poca resistencia.
3. No abordar la agresión japonesa e italiana: Si bien el apaciguamiento se centró principalmente en apaciguar a Alemania, también facilitó inadvertidamente las acciones agresivas de Japón e Italia. Japón estaba aplicando políticas expansionistas en el Pacífico, mientras que Italia tenía ambiciones en el norte de África y el Mediterráneo. Al apaciguar a Alemania, las potencias occidentales debilitaron su capacidad para responder eficazmente a estas otras amenazas.
4. Falta de seguridad colectiva: El apaciguamiento socavó el concepto de seguridad colectiva, cuyo objetivo era prevenir la guerra mediante la asistencia mutua y la cooperación entre las naciones. Al apaciguar a los agresores, las potencias occidentales no cumplieron sus compromisos con la seguridad colectiva y permitieron que naciones individuales persiguieran sus intereses a expensas de la paz y la estabilidad internacionales.
5. Fracaso moral: El apaciguamiento ha sido ampliamente criticado como un fracaso moral, ya que implicaba el sacrificio de valores y principios democráticos en nombre del apaciguamiento. Socavó la credibilidad y la posición moral de las democracias occidentales a los ojos del mundo.
En conclusión, el apaciguamiento fue un error en la Segunda Guerra Mundial porque no logró prevenir la guerra y permitió que las potencias agresivas intensificaran sus acciones. Fomentó una sensación de impunidad entre las potencias del Eje y contribuyó al estallido de la guerra más destructiva de la historia de la humanidad.