¿Cómo se aplicó el apaciguamiento a la Segunda Guerra Mundial?
1. El Acuerdo de Munich de 1938
El ejemplo más infame de apaciguamiento es el Acuerdo de Munich de 1938, en el que Gran Bretaña, Francia e Italia acordaron permitir que Alemania se anexara los Sudetes, una región de Checoslovaquia. El Acuerdo de Munich fue ampliamente visto como un fracaso del apaciguamiento, ya que envalentonó a Hitler y condujo al estallido de la Segunda Guerra Mundial al año siguiente.
2. El Pacto de No Agresión Nazi-Soviético de 1939
En 1939, la Unión Soviética y Alemania firmaron el Pacto de No Agresión nazi-soviético, que dividió Polonia y los Estados bálticos entre los dos países. El pacto fue un duro golpe para la política de apaciguamiento, ya que demostró que Alemania estaba dispuesta a trabajar con la Unión Soviética, un país comunista, para lograr sus objetivos.
El fracaso del apaciguamiento
La política de apaciguamiento finalmente no logró evitar el estallido de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, puede haber hecho que la guerra fuera más probable al darle a Hitler la impresión de que las potencias occidentales eran débiles y no le harían frente. Las lecciones del apaciguamiento siguen siendo relevantes hoy, mientras los países continúan enfrentando el desafío de lidiar con regímenes agresivos.