Guerra submarina sin restricciones: La decisión de Alemania de reanudar la guerra submarina sin restricciones en el Atlántico Norte el 1 de febrero de 1917 fue la gota que colmó el vaso para Estados Unidos. El hundimiento de varios buques mercantes estadounidenses, incluido el transatlántico de pasajeros Lusitania en 1915 y el Arab, un transatlántico británico que transportaba a varios estadounidenses, en 1916, alimentó la indignación pública y aumentó el apoyo a la intervención en la guerra.
Telegrama de Zimmermann: En enero de 1917, los británicos interceptaron y decodificaron un telegrama enviado por el secretario de Asuntos Exteriores alemán, Arthur Zimmermann, al embajador alemán en México, Heinrich von Eckardt. El “Telegrama Zimmermann” propuso una alianza entre México y Alemania, prometiendo ayudar a México a recuperar sus territorios perdidos en Texas, Nuevo México y Arizona. La exposición de este complot secreto aumentó las preocupaciones estadounidenses sobre las intenciones agresivas de Alemania.
Propaganda de guerra y Lusitania: Los británicos realizaron grandes esfuerzos de propaganda en Estados Unidos para obtener apoyo para la guerra. Utilizaron llamamientos emocionales, como relatos horrendos de las atrocidades alemanas en Bélgica y Francia, y describieron la guerra como una lucha por la democracia contra un gobierno autocrático. El hundimiento del Lusitania, en particular, fue ampliamente cubierto en los medios estadounidenses y galvanizó el sentimiento público contra Alemania.
Interés Económico: Estados Unidos tenía importantes vínculos económicos con los aliados, en particular Gran Bretaña y Francia, y su continuo apoyo comercial y financiero era vital para la economía estadounidense. Los aliados debían grandes sumas de dinero a los bancos estadounidenses y la continuación de la guerra brindó oportunidades para que las empresas estadounidenses suministraran material de guerra.
Fecha de entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial:
Estados Unidos declaró oficialmente la guerra a Alemania el 6 de abril de 1917 . La declaración siguió a una serie de intercambios diplomáticos y una escalada de tensiones entre los dos países, incluido el Telegrama Zimmermann y el continuo hundimiento de barcos estadounidenses.