Dar puede realizarse de muchas formas, desde ofrecer nuestro tiempo como voluntario hasta ayudar a los necesitados o simplemente compartir una palabra o un gesto amable. No importa cuán grande o pequeño sea, cada acto de donación marca la diferencia.
Cuando damos, no sólo estamos enriqueciendo la vida de los demás, sino que también estamos enriqueciendo la nuestra propia. Dar libera endorfinas, que tienen efectos que mejoran el estado de ánimo. También nos ayuda a sentirnos más conectados con nuestra comunidad y con el mundo que nos rodea.
Así que la próxima vez que pienses en lo que puedes hacer para hacer del mundo un lugar mejor, recuerda que el mayor regalo que puedes dar es el acto mismo de dar.