El 30 de mayo de 1498, Cristóbal Colón emprendió su tercer viaje al Nuevo Mundo. Lo acompañaban seis barcos y trescientos hombres, entre ellos su hermano menor Bartolomeo y el famoso explorador Amerigo Vespucci. El viaje fue financiado en gran parte por los monarcas españoles Fernando e Isabel, quienes esperaban que Colón pudiera encontrar una ruta occidental hacia Asia y sus lucrativos mercados.
Colón siguió un rumbo similar al de sus dos primeras expediciones, navegando a través del Océano Atlántico hasta llegar a las Antillas Menores. Desde allí continuó hacia el norte, haciendo escala en varias islas, incluida Trinidad y Tobago. El 1 de agosto, Colón avistó el continente de América del Sur y se convirtió en el primer europeo en pisar el continente. Navegó a lo largo de la costa durante una distancia considerable, llegando finalmente a Venezuela y explorando el Golfo de Paria.
Durante este viaje, Colón enfrentó varios desafíos, incluidos conflictos con pueblos nativos hostiles, escasez de suministros y duras condiciones climáticas. A pesar de estas dificultades, logró explorar gran parte de la costa sudamericana y recopilar importante información geográfica. También regresó a La Española, donde intentó establecer una colonia pero enfrentó importantes dificultades.
En 1500, Colón regresó a España, donde enfrentó algunas críticas y oposición política. Sin embargo, sus contribuciones al descubrimiento del Nuevo Mundo fueron significativas y marcarían el curso de la futura exploración y colonización europea de América.